Empresas superan a los ETFs en tenencias de Bitcoin
Más de 2 millones y medio de BTC se encuentran ya en mano de los inversores institucionales.

Recientes análisis de mercado sobre la acumulación de activos digitales indican un cambio significativo en la dinámica de las tenencias institucionales de Bitcoin. Actualmente, la reserva agregada de Bitcoin en poder de empresas públicas ha alcanzado aproximadamente 1,31 millones de BTC, superando la cantidad custodiada por los Fondos Cotizados en Bolsa (ETFs) de Bitcoin, la cual se sitúa en torno a los 1,29 millones de BTC. Este cruce de volúmenes subraya una intensificación en la adopción y el compromiso del sector corporativo con la criptomoneda.
Evolución de la acumulación institucional
Este cambio de tendencia es particularmente notable al considerar el panorama del segundo trimestre del año, cuando la relación era inversa. En aquel momento, los ETFs mantenían una posición dominante con cerca de 1,4 millones de BTC, en contraste con las empresas públicas que poseían solamente alrededor de 855.000 BTC.
La acelerada acumulación de Bitcoin por parte de las corporaciones, que ha culminado con la cifra de 1,31 millones de BTC en septiembre, según datos compartidos por la plataforma de análisis River a través de su publicación en X, sugiere una reevaluación estratégica del activo. Esta tendencia se enmarca en un contexto de creciente debate institucional, incluyendo la propuesta de establecer una reserva nacional de Bitcoin en Estados Unidos.

Implicaciones estratégicas y de estabilidad del mercado
La creciente cifra de Bitcoin asegurada en los balances corporativos acarrea importantes implicaciones para la estabilidad y la madurez del mercado de activos digitales. En primer lugar, la acumulación masiva por parte de estas entidades refuerza la percepción de Bitcoin como una reserva de valor no correlacionada con los activos tradicionales, lo que permite a las corporaciones diversificar sus tesorerías (treasuries) y mitigar riesgos inherentes a la inflación de divisas fiduciarias o la volatilidad macroeconómica.
En segundo lugar, dado que la estrategia de inversión corporativa suele tener un horizonte a largo plazo, el volumen de Bitcoin en su poder actúa como un factor estabilizador intrínseco, generando un contrapeso contra la volatilidad de corto plazo que a menudo es impulsada por los flujos de los vehículos de inversión como los ETFs o el sentimiento del inversor minorista.
Finalmente, esta exposición directa al activo a través de balances empresariales, que operan dentro de marcos regulatorios conocidos, facilita una vía de aproximación más controlada y estructurada para que el sector financiero tradicional se exponga a las finanzas descentralizadas, lo que contribuye a la desarticulación progresiva de las barreras percibidas entre ambos ecosistemas.
En conclusión, el incremento de adquisición acelerada de Bitcoin por parte del sector institucional, muestra que las barreras entre el ecosistema cripto y el sector financiero tradicional se han ido desgastando paulatinamente. Independientemente de los objetivos específicos de cada entidad —ya sea revalorizar sus reservas, atraer capital o simplemente diversificar— la consolidación inminente de Bitcoin como un activo estratégico en la tesorería institucional global es un desarrollo crucial para su futuro como clase de activo.