Lending & borrowing, préstamos descentralizados

En la actualidad, los préstamos son una gran herramienta para financiar gastos e inversiones. Permite que los beneficiarios puedan acceder a fondos para ser usados según su conveniencia, como comprar un carro, una vivienda, pagar unas vacaciones, acceder a educación privada o simplemente invertir capital en algún negocio o comercio.

Sin embargo, en la práctica resulta ser más complejo. Es necesario cumplir con una serie de requisitos para poder ser beneficiario de un préstamo en el sistema financiero tradicional. Estos oscilan entre un historial crediticio, un comprobante de ingresos, un certificado de empleo o estabilidad laboral, una evaluación de riesgo hasta, en algunos casos, realizar una declaración jurada sobre el uso del capital. Todo va a depender de los requerimientos que exija el banco o institución financiera. Por ello, muchas personas desisten o son rechazadas durante el proceso.

Según un estudio realizado por Mastercard (2023), apenas 3 de cada 10 personas en Latinoamérica pueden acceder a productos financieros más allá de la tarjeta de crédito. Este dato refleja una exclusión que afecta especialmente a personas con ingresos informales, sin historial crediticio o sin acceso a servicios digitales.

Este panorama resulta adverso para los trabajadores informales, pequeños comerciantes y personas sin empleo formal, quienes no cumplen con la mayoría de los requisitos exigidos por los bancos o instituciones financieras, a pesar de tener ingresos reales y necesidades de financiamiento.

En el ecosistema de las finanzas descentralizadas (DeFi, por sus siglas en inglés) existe un mecanismo sin intermediarios, que funciona a través de contratos inteligentes y permite suministrar liquidez al ecosistema y dejarla como garantía para acceder a préstamos. Todo esto sin necesidad de dar información personal o certificados de ingresos, solo es necesario dejar como colateral una criptomoneda u otro activo digital.

Es importante entender que un contrato inteligente es un programa que se ejecuta automáticamente cuando se cumplen ciertas condiciones. Está escrito en código y se verifica en la blockchain. Por lo tanto, toda la información queda registrada en la red.

Ahora bien, este mecanismo se denomina lending para la acción de prestar y borrowing para la acción de tomar prestado. Por esa razón existen varias aplicaciones descentralizadas, como AAVE en Ethereum, Kamino Finance en Solana o Suilend en Sui, entre otras, que permiten a los usuarios proveer criptoactivos al ecosistema y, con ello, ofrecer préstamos y liquidez. 

Al mismo tiempo, los usuarios pueden tomar prestado tokens para usarlos en diferentes estrategias del ecosistema DeFi, como la minería de liquidez, el trading de criptoactivos, apalancamiento en el mercado de perpetuos o usarlo como auto financiamiento.

Cuando un usuario desea prestar sus criptoactivos (lending) para obtener un rendimiento anual, los debe depositar en un protocolo DeFi, donde son agrupados en una piscina de liquidez junto a los demás proveedores. Estos fondos quedan disponibles para que otros usuarios los tomen prestados (borrowing), dejando previamente un colateral como garantía. 

El prestamista recibe un rendimiento anual expresado en APY (Annual percentage yield), mientras que el prestatario paga una tasa de interés anual. Esto quiere decir que el prestatario paga intereses por el uso de los criptoactivos, y el prestamista los recibe como recompensa por proveer la liquidez.

Por ejemplo, un usuario puede depositar 1 SOL en Kamino Finance y obtener un rendimiento del 5.67 % APY y pedir prestado USDC a una tasa de 6.75% al 20 de Mayo de 2025. Otro usuario, al pedir prestado SOL en esa misma plataforma, deberá pagar una tasa de interés del 7.65 %. Esta diferencia de tasas permite que el protocolo se sostenga y pueda compensar los riesgos asociados al préstamo.

Si bien este mecanismo puede representar una opción innovadora y accesible para todas las personas que poseen una billetera cripto, también tiene limitaciones importantes que se deben considerar. Uno de los principales requisitos que hay que tener en cuenta para tomar préstamos en DeFi es la sobrecolateralización. Esto significa que el prestatario debe convertirse también en prestamista, y dejar en garantía un valor mayor al monto que desea recibir como préstamo. Por ejemplo, si quiere pedir prestado 100 USDC, puede que necesite proveer 125 o 150 USDC, dependiendo del protocolo, en criptoactivos como colateral.

Riesgos y peligros

No obstante, existen riesgos asociados al ecosistema cripto. Una caída abrupta del mercado puede resultar en una pérdida importante del valor del colateral, provocando así una liquidación del préstamo. Esto significa que la deuda se cobrará de forma automática si esta llegara a su precio o rango de liquidación. Todo esto a través del funcionamiento de los contratos inteligentes, que también pueden tener fallos de seguridad, así como los protocolos pueden ser vulnerables a ataques o manipulación de terceros.

Hay varias diferencias con los préstamos de las finanzas tradicionales. Por ejemplo, no es necesario un intermediario, facilitar información personal, poseer un historial crediticio o un comprobante de empleo e ingresos. Esto resulta un beneficio para todas las personas que se encuentran fuera del sistema financiero tradicional. Sin embargo, su principal barrera sigue siendo la brecha de conocimiento sobre criptoactivos y el acceso a herramientas digitales, además de los riesgos inherentes al ecosistema. Por ello, es importante conocer las contingencias asociadas y hacer una investigación adecuada antes de acceder a estos protocolos.

En definitiva, los préstamos descentralizados permiten que los usuarios puedan acceder al financiamiento con pocos requisitos: internet y una billetera de criptoactivos. Esto representa una solución para aquellas personas que no pueden acceder al sistema financiero tradicional o se encuentran marginadas. 

A pesar del potencial innovador que ofrece la tecnología blockchain, resulta necesario que vaya acompañado de educación financiera, infraestructura digital accesible y marcos regulatorios claros que fomenten y permitan su adopción segura y responsable en Latinoamérica.